El trabajo del restaurador de arte, en realidad transcurre siempre así tras bambalinas; El espectáculo que escenifica la obra de arte no tiene cabida para el resturador que la cuida, la protege, la conserva, la mantiene con vida…

Tras bambalinas me gustó como tema para ejemplificar la intervención de esta pieza en acrílico realizada sobre dos tramos de algodón que debíamos unir hilvanándolos entre sí, cambiando los hilos al color exacto de cada figura, cotejando cada paso con la guía Pantone para tener una paleta similar a la de la pintura. Se trabajó la unión por el reverso de las telas colgadas como una especie de telón a la que se añadió una franja de algodón negro a todo el derredor, como una especie de enmarcado con un sistema interno de colgado en la parte superior, lo cual resultó al final en una sola pieza de 3.90 mts. x 4.20 mts.

La reintegración de color en una pintura al óleo no tiene comparación en cuanto a la delicadeza y la exigencia del dominio de la técnica, pero el bordar sobre un textil con puntadas cortas, invisibles, cuidando el color exacto del hilo, fue un divertimento que acabó cumpliendo con la consigna de la reintegración con líneas finas, esta vez bordando, tras bambalinas.

La pieza terminada “Viva la Vida!” de Fernando Robles, se expone en el interior del Restaurante de Bellas Artes hasta el 30 de Noviembre.